Para calcular la temperatura de color (CCT: Correlated Color Temperature) se puede usar tanto un espectrómetro como un colorímetro ya que es una magnitud relativa al espacio de color CIE 1931. El locus del cuerpo negro está presente en el espacio CIE 1931, mostrado en nuestros colorímetros triestímulo como el MSE.

Sin embargo el índice de reproducción cromática (IRC, o CRI en inglés) sólo se puede medir con un espectrómetro debido al método de cálculo.

Recordemos que el CRI mide cómo de bien puede reproducir los colores una lámpara o fuente luminosa en general, comparada con una fuente de luz natural ideal. 100 es el valor ideal de la luz solar y 0 el peor valor posible.

Para este cálculo se debe conocer la emisión espectral visible de la fuente de luz y en general cuanto más se llena el espectro visible de emisión de la fuente mejor es el CRI. Posteriormente se realiza una comparación con 14 colores estándar.

Como norma general un espectrómetro calibrado es la “única” solución adecuada para la medida de fuentes de luz en aplicaciones de iluminación ya que da el espectro entero. Muestra por ende las longitudes de onda presentes en la emisión y sus proporciones, mientras que un colorímetro sólo mide la cantidad de luz presente.

Por ejemplo los LEDs suelen adolecer de emisión en el rojo, con lo que su capacidad de reproducir rojos es peor y esto no es medible con un colorímetro.

El espectrómetro HERA es el producto ideal para la medida de fuentes de luz. A la medida de CRI y temperatura de color une una linealidad excepcional. En conjunción con distintos accesorios (fibras, receptores cosenoidales, lentes, esferas integradoras,…) permite una medición completa y precisa de fuentes de luz. La recomendación para fuentes de luz es usar un difusor tipo corrector cosenoidal.

Y si además de medir el espectro necesita medir el parpadeo (flicker), cada vez más importante, de pantallas o fuentes de luz, le recomendamos el Cronus, espectrómetro + colorímetro en uno.